Cuando se crea una empresa, se genera una estructura en la que hay unos costes y unos ingresos. En el momento en que se alcanza un equilibrio entre ambos factores, la empresa recibe unos beneficios. La sostenibilidad económica hace referencia a la capacidad de la organización de administrar los recursos que tiene y generar rentabilidad de forma responsable a largo plazo.
Un ejemplo de este tipo de sostenibilidad es la compañía Unilever, que en el año 2010 implantó una estrategia para alcanzar un equilibrio entre la sostenibilidad y el rendimiento económico de su negocio. Para ello, tomó varias medidas como: aumentar el reciclaje de envases, impulsar el uso de materiales reciclados y realizar campañas de sensibilización para el consumo responsable.